Y va sembrando jardines de rosas que conducen "Al final del camino",
Mientras el Dios del Tiempo va delineando un hermoso atardecer de Sábado.
Y lleva en su bitácora de tiempo un "Breve poema del encuentro" al Sino,
Que guarda en su odre algún fino poema inacabado,
Que cual cometa intergaláctico se va alejando a lejanas dimensiones.
Y sereno, reposa en las cuánticas redes del tiempo Constelado,
Mientras de lo inasible del Alma pura del Cosmos resurgen mil canciones
Que sanan, exaltan el espíritu, mientras cuentan lo humano y lo divino.
Y a Sotto Vocce tu alma de fémina, Maruja, va hilando mil constelaciones,
Que van borrando muy suavemente
la negra y fría mortaja de la pena,
Dibujando en el alma mil universos
cósmicos y gloriosas mansiones.
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