La patria imbuida
en la sombra
Las raíces
insertan sus túneles laberínticos
Que minúsculos
extraen los nutrientes de la madre tierra.
Las gigantes hormigas arrieras,
Hacen sus sabias cábalas mentales:
Como un ejército que
se alista para la batalla,
Transportan ya descomunales
Trozos de hojas
que superan su talla
Cortados con las
prodigiosas tijeras
De sus mandíbulas
ancestrales,
Finas armas de
ilustres pasajeras.
Otras, de menor
talla,
Forman otro fórmico ejército,
En alerta naranja
de batalla,
Que se protege
del calor urbano
Bajo una
minúscula planta de helecho
Y va marchando de
la mano
Alentando su
espíritu guerrero
En la
arquitectura perfecta
De su laberintico
hormiguero.
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